Da forma a la historia de la marca, con una identidad verbal que conecte emocionalmente con su audiencia.
Comunicar no es lo mismo que informar, y la diferencia entre lo uno y lo otro recae en dar a la marca un tono consistente y burbujeante de personalidad. Para diseñar la identidad verbal de una marca nos aseguramos de que sea distinguible, relevante y capaz de conectar en su mercado.
Es una declaración de identidad, por ello, al crear nombres para marcas y productos nos aseguramos de que capturan su esencia y propuesta de valor, son fáciles de recordar y están estratégicamente alineados con sus objetivos.
En medio del bombardeo constante de mensajes que recibe el público, es necesario que prioricemos y repitamos las ideas clave más importantes de la marca. Definir estos mensajes nos ayudará en esos valiosos momentos de atención para dejar una imagen distintiva y memorable en las mentes de las personas.