Hace apenas unos días...
Millones de personas en España y Portugal quedaron sin electricidad durante horas. El gran apagón del 28 de abril de 2025 no solo generó caos e incertidumbre.
También reactivó una conversación pendiente: ¿qué esperamos de las marcas energéticas cuando todo se apaga?
La marca no es solo reputación
Es confianza. Es claridad. Es capacidad de explicar con sencillez, asumir con valentía y conectar con quien necesita entender, rápido, qué está pasando.
En sectores complejos como el energético...
...donde confluyen regulación, tecnología y nuevos modelos, la claridad de marca no es un extra. Es una ventaja competitiva.
Un modelo B2B2C con retos dobles
En el entorno B2B, el éxito también depende de cómo conecta con quien vive la experiencia.
Si la promesa no se traduce en claridad, confianza y facilidad, la propuesta pierde tracción.
Cinco síntomas de una marca desalineada
Varios discursos conviviendo: sostenibilidad, ahorro, SaaS, comunidad... sin una línea clara.
Un tono sin identidad: técnica en presentaciones, idealista en redes, pragmática en ventas.
Promesas por encima de lo real: se comunica lo que se quiere ser, pero el cliente compra lo que ya existe.
Falta de foco en el público: demasiadas audiencias, sin un rol de marca definido para cada una.
Invisibilidad emocional: hay propósito, pero no se percibe. Ni en el diseño, ni en la experiencia, ni en la relación
No es branding. Es dirección
En energía B2B, donde la confianza es clave y el mercado de las comunidades energéticas aún se está formando, la incoherencia no solo confunde: frena.
No hablamos de una cuestión estética.
Hablamos de dirección.
De traducir estrategia en narrativa.
De tomar decisiones claras sobre lo que proyectamos como marca y por qué.
Cuatro aprendizajes para marcas emergentes del sector energético
Audita tus puntos de contacto: web, pitch, redes, demos… cada canal transmite.
Habla desde el valor real: no prometas futuros que aún no existen.
Segmenta tus mensajes: cada actor necesita una narrativa distinta.
Simplifica lo complejo: arquitectura, discurso, producto. Menos ruido, más claridad.
La marca como herramienta, no como decorado
Una marca energética no debe aspirar a sonar bien.
Debe ayudar a decidir.
Lo que no se entiende, no se compra.
Y lo que no se transmite con convicción, no se comparte.
Conclusión
Este tipo de diagnósticos nos recuerdan que en el B2B energético, la marca no está para decorar. Está para facilitar decisiones.
Y que cuando el sistema falla, la marca es la que sigue hablando.